¿PUEDE UN GORILA

CONSTRUIR UN

HOSPITAL

EUGENIO FERNÁNDEZ

Crónicas de Fauna / Terabithia Press

Pues sí que puede. Tal vez no pueda construirlo físicamente con sus propias manos pero sí
puede financiarlo. Y lo ha hecho. En un reciente programa de televisión en los EE UU se mostraba cómo se han invertido en Ruanda los beneficios generados por el turismo de observación de gorilas de montaña. Con el dinero generado por la existencia de los gorilas, se han financiado hospitales, escuelas y mercados para la población local. La Fundación Diane Fossey empezó a implicar a la población local en la protección del gorila de montaña mediante la contratación de los antiguos cazadores furtivos como “Rangers” que ahora los protegen.

Aquí está la clave. Un espacio natural protegido, por sus valores faunísticos, botánicos o paisajísticos puede ser un motor económico para la población local de un territorio dado. Y cuando esa población se beneficia tangiblemente de la existencia de ese espacio protegido,
entonces no hay mejores defensores del mismo que dicha población.

Por el contrario, si un espacio se protege contra los intereses de la población local, entonces será imposible dicha protección porque será boicoteado y agredido hasta vaciarlo de contenido. Lo estamos viendo en el Parque Nacional de los Picos de Europa, devastado por la ganadería y el furtivismo, o el Parque Nacional de Guadarrama, devastado por el turismo depredador del esquí.

Otro ejemplo que nos ofrece el continente africano es la organización privada denominada African Parks. Se trata de una empresa de gestión de Parques Nacionales. Lo que hace esta gente es obtener de los Gobiernos la concesión para gestionar un espacio protegido en concreto. Mediante donaciones de fondos del sector privado (en teoría se trata de una ONG) realizan una gestión profesionalizada de dicho Parque Nacional, contratan al personal trabajador en la región donde se encuentra el espacio protegido, y mediante ese dinero privado que recaudan y otras técnicas de marketing para obtener beneficios del Parque, invierten en mejoras tangibles para la población local, fundamentalmente escuelas para los niños.

De esta manera, logran reducir el furtivismo de la zona, y consiguen el aumento de población de especies amenazadas como elefantes o rinocerontes, que a su vez atraerán más turistas
adinerados de Europa y Norteamérica que dejarán miles de dólares, de libras esterlinas y de
euros para seguir financiando esta forma de entender la protección.

En España aún estamos a años luz de esta forma de proceder. La única forma de obtener
“beneficio” de la fauna local es matándola. Y este beneficio sólo llega a los gestores de fincas
cinegéticas. La población local ni obtiene trabajo ni infraestructuras ni servicios procedentes de la caza. Y no solo la caza. Muchos espacios naturales protegidos españoles están enclavados en la llamada “España vaciada”. El lobo, el oso o el quebrantahuesos, hoy, no le sirven de nada a esos pueblos que pierden población y pierden servicios hasta que se les obliga a abandonar los pueblos.

¿Podemos permitirnos no considerar el enorme patrimonio natural que tenemos como un motor económico que redunde a la población local vecina de nuestros espacios protegidos?

Algunos proyectos nos marcan el camino, como la iniciativa liderada por el Corredor Biológico
Mundial, una organización conservacionista española de carácter privado de la que tengo el
honor de formar parte, en el municipio palentino de San Cebrián de Mudá. En dicho municipio esta organización co-gestiona la Reserva del Bisonte Europeo, que ha atraído a muchos visitantes para aprender sobre el mayor mamífero europeo, y dejar su dinero. Con estos beneficios se pudo instalar un observatorio astronómico y ahora se está diseñando un nuevo proyecto: acondicionar una mina abandonada, testigo de la antigua minería de carbón que daba de comer al pueblo para instalar un Banco de Semillas.

Todos conocemos el famoso Banco de Semillas que la ONU gestiona en Svalbard, en el Ártico
noruego, pero se trata únicamente de semillas agrícolas mientras que el que se planea en
Palencia es un Banco de Biodiversidad, con semillas de todo tipo. Se crearán en la mina espacios expositivos y educativos, y también programas de investigación sobre cómo adaptar estas semillas al calentamiento global y para gestionar programas de reforestación. San Cebrián de Mudá se está transformando en un polo biotecnológico y medioambiental ante nuestras mismas narices, con generación de puestos de trabajo cualificados que podrán fijar y atraer población al pueblo. Ése es el camino. Hay que insistir en él mas seguramente el amable lector me hará dos objeciones a esta visión conservacionista y económica.

La primera objeción es: ¿Qué sucede cuando los intereses conservacionistas son radicalmente incompatibles con los intereses de la población local?

En tal caso las Administraciones tienen que tener claro las prioridades. Si la prioridad es la
conservación, entonces es más necesario que nunca que la población local pueda beneficiarse de ingresos económicos generados por ese espacio protegido y les compense así abandonar sus actividades incompatibles con él. Un ejemplo claro está en los Picos de Europa, donde la conservación de su fauna silvestre, especialmente el lobo, es incompatible con la ganadería de la zona hasta tal punto que el Parque, como tal, no existe. Si la conservación es la prioridad, entonces debe obligarse a los ganaderos a abandonar su actividad pero, a cambio, se debe diseñar el Parque Nacional y su política de conservación de tal forma que genere nuevas actividades y nuevos ingresos para esos ganaderos que tendrían que abandonar su ganadería. ¿Se entiende la idea?

La segunda objeción es: “Muy bien señor Crónicas de Fauna, todo eso está muy bien pero la
población local ya se beneficia de los impuestos que se cobran a las actividades económicas que actúan en un espacio protegido”.

Es decir, las empresas que hacen turismo de observación de fauna pagan impuestos. Y también sus trabajadores y sus autónomos. Estos impuestos alimentan los Presupuestos Generales del Estado, los Presupuestos Autonómicos y los Presupuestos Locales. Sí pero no.

En un Estado democrático y de derecho existe, o debe existir, una política redistributiva. Son las Administraciones las que deciden dónde debe gastarse una partida presupuestaria. Puede pasar que los impuestos que paga una empresa de avistamiento de osos en Somiedo se gasten en construir una escuela en Jaén. ¿Se entiende por dónde voy?

Mucho me temo que hay que empezar a considerar la posibilidad de que los beneficios monetarios que la fauna silvestre proporcionen se inviertan exclusivamente en la zona donde esos beneficios se producen. ¿Por qué? Pues porque las personas que, en mi ejemplo, se
benefician de la escuela en Jaén ni saben ni tienen por qué saber de dónde salieron los dineros que financiaron esa escuela. Pero si los beneficios que genera la observación del oso en Somiedo se invierten en Somiedo, y se contratan trabajadores de Somiedo, entonces os aseguro que el furtivismo de osos en Somiedo no sólo desaparecerá, sino que le cortarán la cabeza a todo aquél que venga de fuera a matar osos a Somiedo.

Hace años se hablaba de la “Excepción Cultural”. Pues ya va siendo hora de hablar de la “Excepción Ambiental”.

 

 

© Crónicas de Fauna 2021

Photos © Terabithia Stock

Reportaje fotográfico: Eduardo Fernández García / Terabithia Media

La Romagne / Francia

Érase una vez en Europa. ‘Rewilding’

La palabra inglesa ‘rewilding’ puede traducirse como re-naturalización. En la moderna gestión medioambiental de las ciudades, se habla de renaturalización cuando se recuperan ríos, lagos o parques deteriorados, y se reforman para favorecer el crecimiento de especies vegetales autóctonas y la presencia de fauna silvestre en ellos. Como en el Río Manzanares, en Madrid, y se han realizado también experiencias de este tipo en otros lugares como en el Río Besós, en la Provincia de Barcelona, antes un río muerto por la contaminación, y ahora revitalizado hasta el punto de haberse detectado presencia de anguila en su migración anual.

No es Verdad

Periodismo científico y literatura divulgativa. La fauna como nuestros vecinos de planeta, con los que podemos y debemos convivir en buena armonía.
¿Qué puedes hacer tú por la fauna? y ¿qué puede la fauna hacer por ti?
El conocido divulgador medioambiental, especializado en fauna y biodiversidad, Eugenio Fernández, comienza con el artículo de hoy su andadura periodística en Terabithia Press como presentación de la nueva sección CRÓNICAS DE FAUNA… Y MÁS!, desmontando algunos lugares comunes y prejuicios que tenemos sobre la relación entre los humanos y la fauna silvestre. Cosas que no son verdad.

Crónicas de Fauna contribuye didácticamente a la Recuperación Verde, a través de la pluma y la visión única de Eugenio, al poner en relación la fauna con el ser humano, para mostrar y demostrar que el faunístico y el humano son dos mundos no sólo condenados a entenderse, sino que en realidad forman parte de un mismo sistema. Fauna, flora y Medio Ambiente son, y pueden ser, una fuente de negocio más allá de la caza o el comercio de animales, actividades ambas que están llamadas a desaparecer como se han conocido hasta la irrupción del SARS_CoV-2 y que han empezado ya su lento e inexorable declive.

Madrid: de turismo de compras a turismo de fauna

Ya va siendo hora de que se sepa que la Comunidad de Madrid está convirtiéndose en un destino ineludible en el turismo de observación de fauna, especialmente aves silvestres. ¿Sorprendidos?

En un primer momento causa sorpresa porque el 90% de la población de la Comunidad se concentra en la enorme Área Metropolitana de Madrid, que cubre todo el centro-sur del territorio con una verdadera maraña de ciudades, autopistas, vías férreas, polígonos industriales y parques empresariales. ¿Cómo es posible observar aves aquí como no sean las palomas o los gorriones de los parques urbanos?

Los peces eléctricos como modelo de investigación

Conservar y estudiar la fauna silvestre es valiosa por sí misma, pero, ¿quién nos dice que investigar a la más ínfima y despreciada de las criaturas podría darnos la clave para curar el cáncer en el futuro? Sesudos investigadores están usando a los llamados peces eléctricos como modelo para lograr dispositivos que realicen para nosotros algunas funciones que las descargas eléctricas realizan para sus propietarios naturales. Nos adentra en este apasionante mundo científico el cronista de fauna de Terabithia Press, Eugenio Fernández.

¿Qué hacemos con los cotos de caza?

Sigue sin entenderse por qué 800.000 españoles siguen disponiendo del 80% del territorio natural para la actividad venatoria. España es un verdadero “coto de caza”, pero el progresivo declive de la actividad cinegética desproveerá a estas zonas salvajes y rurales de uno de sus fines seculares, en opinión del autor de esta nueva entrega de la serie ‘Crónicas de Fauna… Y más’. Eugenio Fernández, quien, al tiempo que se pregunta qué haremos entonces con estos terrenos en la práctica vedados a otras actividades lúdicas en contacto con la naturaleza propone varias soluciones interesantes e imaginativas.

Crónicas de Fauna

No hay nada como observar cómo los animales silvestres extraen energías aparentemente inagotables: hablamos hoy del albatros, aves pelágicas. Esto quiere decir que pasan su vida en el mar excepto en la época de cría. Vuelan constantemente sobre la superficie oceánica y se posan en ella únicamente para descansar y alimentarse sin pisar tierra. Por este estilo de vida, los albatros han
evolucionado hasta convertirse en los planeadores más eficientes del Reino Animal. Pueden planear durante días enteros sin mover las alas ni un milímetro y se ha calculado que un albatros podría dar la vuelta al mundo en dos meses. Investigadores de la Universidad de Carintia, en Austria, llevan años estudiando cómo aprovechar este gradiente de viento oceánico para generar energía eólica aprovechable para el ser humano.

Work

terabithia world’s wildlife photography

En el arte de la fotografía, que es por excelencia el arte de la oportunidad, una sola golondrina suele hacer todo el verano.

Sin embargo, también como las golondrinas, esa sola fotografía sumaria no hubiera sido posible sin todas las otras

gabriel garcía márquez

Periodista

Nobel de Literatura 1982