LA ‘OPERACIÓN MOHOR’

Y LA DIPLOMACIA DE LA

GACELA

[/et_pb_text][/et_pb_column]

 

 

EUGENIO FERNÁNDEZ

Crónicas de Fauna / Terabithia Press

[/et_pb_row]

El pasado año 2021 se cumplieron 50 años de uno de los proyectos conservacionistas más arriesgados y exitosos que ha liderado nuestro país: la Operación Mohor. Como era de esperar en un país más dado a la auto-flagelación por defectos reales o imaginarios, la conmemoración de este grandísimo hecho ha pasado desapercibida y sin pena ni gloria: un acto online organizado por el CSIC y un cortometraje de siete minutos ha sido todo.
Para los lectores que no sepan de qué estoy hablando, que imagino serán la gran mayoría, resumo los hechos principales:

Durante los años 60 el gran naturalista español José Antonio Valverde, a la sazón investigador del CSIC y famoso por haber dado la batalla para la protección y conservación del Coto de Doñana, recorrió el entonces Sahara español en varios viajes entre 1955 y 1975 estudiando la fauna (inesperadamente rica y variada, para ser una tierra desértica) de aquel territorio.

Durante sus viajes se dio cuenta de con qué rapidez estaban desapareciendo especies y subespecies de la fauna saharaui debido a la caza indiscriminada que realizaban los habitantes locales a bordo de vehículos a motor y usando ametralladoras.

Así, en 1963 contempló los que posiblemente eran los últimos avestruces saharauis, y en 1968 el exterminio del antílope mohor (Nanger dama mhorr), subespecie saharaui de una gacela de por sí muy escasa en la zona del Sahel occidental. Poco después Valverde se entera de que hay ejemplares del antílope que sobreviven en cautividad formando parte de colecciones privadas pertenecientes a oficiales del Ejército español y, con apoyo del CSIC y patrocinios públicos (Diputación de Almería) y privados (Coca Cola) compra dichos ejemplares y organiza un verdadero “puente aéreo” entre el Sahara y una nueva instalación puesta en marcha en Almería, bautizada como ‘Parque de Rescate de la Fauna Sahariana’ y hoy como Estación Experimental de Zonas Áridas, adscrita al CSIC.

El primer viaje oficial se dio el 14 de enero de 1971 y los transportes se sucedieron hasta el mismísimo momento de la “Marcha Verde” (noviembre de 1975) que selló el abandono de aquel territorio por parte de España ante los invasores marroquíes, que reclamaban el territorio para sí.

Se trasladaron cientos de ejemplares no sólo de antílope mohor sino también de la subespecie saharaui de gacela dorcas (Gazella dorcas neglecta), la gacela de Cuvier (Gazella cuvieri) y la subespecie local del arrui (Ammotragus lervia sahariensis). Se inicia entonces un difícil proyecto de cría en cautividad de estas especies, que se vio coronado por el éxito: en 1984 se produce la primera reintroducción del mohor y gacela dorcas en Senegal y en 2015 en el Sahara Occidental, y de gacela de Cuvier en Túnez en 2016, procesos difíciles que están hoy lejos de haberse consolidado, pero que ha dado a nuestro país un liderazgo indiscutible en este campo científico.


Y hablando de liderazgo. Entre los beneficios de este proyecto, la directora de la Estación Experimental de Zonas Áridas (EEZA) nombra uno muy interesante: la influencia española en aquella parte del mundo.

En efecto, gracias a este proyecto científico España ha podido estrechar lazos con Senegal (un firme pilar de la influencia francesa en África subsahariana), con Túnez y con el Sahara ocupado por Marruecos. Si bien es cierto que en lo referente al Sahara Occidental los responsables de la EEZA tienen que tratar con las autoridades ocupantes marroquíes y construir una relación fluida y positiva con ellos, no es menos cierto que las actividades de reintroducción y monitorización de estas especies en el Sahara occidental envían también un mensaje al pueblo saharaui: no os hemos olvidado, no estáis solos.

Estamos ante una verdadera Diplomacia de la Gacela, una muestra del llamado “poder blando” por el cual una potencia ejerce influencia cultural en otro territorio de una manera sutil y pacífica, muy similar a la “diplomacia del oso panda” que las autoridades de la República Popular China realizaron especialmente durante la década de los 80 y 90, y que incluía el regalo/préstamo de osos panda a las potencias occidentales con las que China estaba interesada en estrechar lazos, España entre ellas.

Por razones geopolíticas evidentes que hasta un estudiante de Primero de Geografía podría entender, el Norte de África y el Sahel son un territorio clave para la seguridad de nuestro país, lo estamos viendo casi a diario. Por lo tanto, es de manual de Diplomacia que España debe tener allí una presencia continua, fuerte e influyente. Evidentemente hoy día es impensable e imposible volver a los “métodos” del siglo XIX: envío de cañoneras y soldados para imponer por la fuerza esa “influencia” que se buscaba. Hoy día esa presencia e influencia se muestra mediante proyectos de cooperación, mediante la proyección cultural y deportiva y, lo estamos viendo, mediante la Diplomacia de la Gacela.

Por eso es imperativo conmemorar y divulgar como es debido esta maravillosa operación conservacionista y cooperativa que lidera España: mediante un documental especialmente producido para la ocasión y su emisión en “prime time” televisivo, mediante la emisión de “cuñas” informativas en telediarios e informativos radiofónicos, mediante la elaboración de un podcast, mediante una gran exposición en el Museo Nacional de Ciencias Naturales que luego haga gira por toda España, y la elaboración de materiales divulgativos para colegios e institutos. Y, por qué no, la producción de una película o serie dramática para televisión, que es lo que habrían hecho los anglosajones de haber sido ellos los organizadores de la Operación.

Porque, como me dijo un antiguo jefe mío: “Trabajo hecho, pero no dicho, es un trabajo NO hecho».

 

Para saber más:

50 años de la Operación Mohor. Salvando a las gacelas saharauis (cronicasdefauna.blogspot.com)

 

 

 

© Crónicas de Fauna 2021

Photos © Crónicas de Fauna y Terabithia Stock

Érase una vez en Europa. ‘Rewilding’

La palabra inglesa ‘rewilding’ puede traducirse como re-naturalización. En la moderna gestión medioambiental de las ciudades, se habla de renaturalización cuando se recuperan ríos, lagos o parques deteriorados, y se reforman para favorecer el crecimiento de especies vegetales autóctonas y la presencia de fauna silvestre en ellos. Como en el Río Manzanares, en Madrid, y se han realizado también experiencias de este tipo en otros lugares como en el Río Besós, en la Provincia de Barcelona, antes un río muerto por la contaminación, y ahora revitalizado hasta el punto de haberse detectado presencia de anguila en su migración anual.

No es Verdad

Periodismo científico y literatura divulgativa. La fauna como nuestros vecinos de planeta, con los que podemos y debemos convivir en buena armonía.
¿Qué puedes hacer tú por la fauna? y ¿qué puede la fauna hacer por ti?
El conocido divulgador medioambiental, especializado en fauna y biodiversidad, Eugenio Fernández, comienza con el artículo de hoy su andadura periodística en Terabithia Press como presentación de la nueva sección CRÓNICAS DE FAUNA… Y MÁS!, desmontando algunos lugares comunes y prejuicios que tenemos sobre la relación entre los humanos y la fauna silvestre. Cosas que no son verdad.

Crónicas de Fauna contribuye didácticamente a la Recuperación Verde, a través de la pluma y la visión única de Eugenio, al poner en relación la fauna con el ser humano, para mostrar y demostrar que el faunístico y el humano son dos mundos no sólo condenados a entenderse, sino que en realidad forman parte de un mismo sistema. Fauna, flora y Medio Ambiente son, y pueden ser, una fuente de negocio más allá de la caza o el comercio de animales, actividades ambas que están llamadas a desaparecer como se han conocido hasta la irrupción del SARS_CoV-2 y que han empezado ya su lento e inexorable declive.

Madrid: de turismo de compras a turismo de fauna

Ya va siendo hora de que se sepa que la Comunidad de Madrid está convirtiéndose en un destino ineludible en el turismo de observación de fauna, especialmente aves silvestres. ¿Sorprendidos?

En un primer momento causa sorpresa porque el 90% de la población de la Comunidad se concentra en la enorme Área Metropolitana de Madrid, que cubre todo el centro-sur del territorio con una verdadera maraña de ciudades, autopistas, vías férreas, polígonos industriales y parques empresariales. ¿Cómo es posible observar aves aquí como no sean las palomas o los gorriones de los parques urbanos?

Los peces eléctricos como modelo de investigación

Conservar y estudiar la fauna silvestre es valiosa por sí misma, pero, ¿quién nos dice que investigar a la más ínfima y despreciada de las criaturas podría darnos la clave para curar el cáncer en el futuro? Sesudos investigadores están usando a los llamados peces eléctricos como modelo para lograr dispositivos que realicen para nosotros algunas funciones que las descargas eléctricas realizan para sus propietarios naturales. Nos adentra en este apasionante mundo científico el cronista de fauna de Terabithia Press, Eugenio Fernández.

¿Qué hacemos con los cotos de caza?

Sigue sin entenderse por qué 800.000 españoles siguen disponiendo del 80% del territorio natural para la actividad venatoria. España es un verdadero “coto de caza”, pero el progresivo declive de la actividad cinegética desproveerá a estas zonas salvajes y rurales de uno de sus fines seculares, en opinión del autor de esta nueva entrega de la serie ‘Crónicas de Fauna… Y más’. Eugenio Fernández, quien, al tiempo que se pregunta qué haremos entonces con estos terrenos en la práctica vedados a otras actividades lúdicas en contacto con la naturaleza propone varias soluciones interesantes e imaginativas.

Crónicas de Fauna

No hay nada como observar cómo los animales silvestres extraen energías aparentemente inagotables: hablamos hoy del albatros, aves pelágicas. Esto quiere decir que pasan su vida en el mar excepto en la época de cría. Vuelan constantemente sobre la superficie oceánica y se posan en ella únicamente para descansar y alimentarse sin pisar tierra. Por este estilo de vida, los albatros han
evolucionado hasta convertirse en los planeadores más eficientes del Reino Animal. Pueden planear durante días enteros sin mover las alas ni un milímetro y se ha calculado que un albatros podría dar la vuelta al mundo en dos meses. Investigadores de la Universidad de Carintia, en Austria, llevan años estudiando cómo aprovechar este gradiente de viento oceánico para generar energía eólica aprovechable para el ser humano.

[/et_pb_section]
Work

terabithia world’s wildlife photography

En el arte de la fotografía, que es por excelencia el arte de la oportunidad, una sola golondrina suele hacer todo el verano.

Sin embargo, también como las golondrinas, esa sola fotografía sumaria no hubiera sido posible sin todas las otras

gabriel garcía márquez

Periodista

Nobel de Literatura 1982