TRIBUNA
REGRESA A
TU RUTINA
DE MANERA SANA
Septiembre marca el regreso a la rutina tras las vacaciones y, con él, llega un proceso de adaptación que no siempre resulta sencillo. Fatiga, falta de concentración, alteraciones del sueño o incluso cierto desánimo son síntomas habituales en este momento del año. La buena noticia es que podemos apoyarnos en la alimentación como pilar base para hacer esta transición más llevadera. Y es que una nutrición adecuada, además de cuidar el cuerpo, también influye en la mente y el estado de ánimo.
La vuelta a los hábitos de manera progresiva
Durante las vacaciones solemos flexibilizar horarios y comer de manera más desordenada. Este desajuste puede pasar factura a nuestro organismo cuando volvemos al trabajo. Lo ideal es establecer horarios de comida regulares, ya que desayunar, comer y cenar a horas similares cada día ayuda a regular el apetito y favorece la producción de hormonas que marcan los ritmos de energía y descanso. No se trata de imponer reglas estrictas, sino de recuperar cierta estructura que le devuelva al cuerpo un equilibrio interno. Este orden reduce la sensación de cansancio y mejora la capacidad de concentración, lo que se traduce también en una jornada más productiva y menos pesada.
Qué poner en el plato para ganar energía
La elección de los alimentos juega un papel fundamental en este proceso. Frutas y verduras frescas aportan agua, fibra y antioxidantes que ayudan a combatir el cansancio y a reforzar el sistema inmune. Las proteínas de calidad —como el pescado, los huevos o las legumbres— son esenciales para mantener la masa muscular y prolongar la sensación de saciedad, lo que evita el picoteo poco nutritivo. A su vez, los cereales integrales (pan, arroz o pasta integral, avena) y los tubérculos proporcionan energía sostenida y previenen los altibajos de glucosa que suelen desembocar en somnolencia o irritabilidad.
Regular la ingesta de ultraprocesados, alcohol y azúcares añadidos es igualmente importante. Y es que este tipo de productos, frecuentes en épocas de ocio, no solo aportan calorías vacías, sino que pueden generar más picos de insulina, dificultar el descanso y aumentar la fatiga. Sustituirlos progresivamente por opciones más naturales libera al organismo de un esfuerzo innecesario justo en un momento en que necesita estabilidad.
Pero no es necesario transformar la forma en que nos alimentamos de un día para otro. De hecho, intentar hacerlo puede generar frustración, abandono y traernos más cosas negativas que positivas. La clave está en volver a nuestro patrón alimentario habitual. Y es que los pequeños gestos, como volver a preparar un desayuno equilibrado (fruta, proteína y cereal integral), planificar menús semanales o cambiar los snacks procesados por fruta fresca o frutos secos, ya marcan una diferencia significativa. Estos ajustes sostenidos permiten que el cuerpo y la mente se adapten poco a poco, sin la sensación de estar imponiendo un cambio drástico y sin poner en riesgo nuestra salud.
El papel del bienestar digestivo
La vuelta a la rutina es un buen momento para recordar la importancia que tiene el intestino para nuestro estado de ánimo y energía. Y es que, cuando cuidamos nuestra digestión, nuestro cuerpo y nuestra mente lo notan: nos sentimos más ligeros, concentrados y con mejor ánimo.
Para mantener la energía durante el día, lo realmente importante es escuchar lo que nuestro cuerpo necesita. Cereales integrales como la avena, el pan integral o la quinoa dan energía constante y, no debemos olvidar las grasas saludables que nos ayudan a sentirnos saciados y activos. La hidratación también juega un papel clave. Beber suficiente agua y crear pequeños hábitos de ingesta durante el día ayuda a reducir la fatiga mental y a mejorar la concentración.
Cada persona es distinta, y no todos necesitamos lo mismo. Por eso contar con la guía de nutricionistas expertos, como los del equipo de Nootric, puede ser muy útil: un plan personalizado se adapta a nuestras características individuales y nos asegura que cubrimos nuestras necesidades de forma práctica y sostenible. Así, volver a la rutina puede ser mucho más llevadero.
En definitiva, septiembre no tiene por qué ser sinónimo de cuesta arriba. Más allá del cansancio inicial, es una oportunidad para replantear nuestros hábitos y empezar el curso con mayor energía. La nutrición es un recurso a nuestro alcance que, bien utilizado, nos ayuda a recuperar vitalidad, mejorar el sueño y mantener un estado de ánimo positivo. Entender la mesa como un espacio de equilibrio es preparar el terreno para un año más llevadero y saludable. Empezar el curso con energía no es cuestión de suerte, sino de hábitos que nos acompañen día a día.
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terabithia world’s wildlife photography
En el arte de la fotografía, que es por excelencia el arte de la oportunidad, una sola golondrina suele hacer todo el verano.
Sin embargo, también como las golondrinas, esa sola fotografía sumaria no hubiera sido posible sin todas las otras
gabriel garcía márquez
Periodista
Nobel de Literatura 1982















