Por Garcés Rivero
No están todas, pero están las que tienen que estar y, sobrar, no sobra ninguna. Las cien cintas propuestas en este volumen están en la historia del séptimo arte: ¿quién podrá nunca olvidar el sentimiento de angustia y empatía con los protagonistas de la inolvidable ‘El año que vivimos peligrosamente’; o admirarla e identificarse hasta la rabia con la editora de The Washington Post, Kay Graham, quien se enfrenta al presidente Lyndon B. Johnson por la Guerra de Vietnam en ‘Los archivos del pentágono’, de Spielberg. Imaginamos que a estas alturas todo quisque que se dedique a esto de las letras o los derechos humanos (y por supuesto a quien interese el gran cine) ha visto ‘Grita Libertad’ de Attenborough, filme que recoge la historia real del periodista Donald Woods, quien tuvo que escapar de la Sudáfrica del Apartheid disfrazado de sacerdote anglicano. Estas dos obras (tan vigentes aún) y más de la mitad de las propuestas en este libro deberían ser materia curricular antes de terminar el bachillerato. Y para quien ande en otras edades, se dedique o no a la profesión periodística, la lectura del libro como ejercicio de recuerdo y guía de visionado de la historia del Siglo XX será un puro deleite. Utilizando este libro a modo de guía para ver la que apetezca o proceda, y para comentarla entre copas.
Alguien tenía que escribir este ensaño, ‘Las cien mejores películas sobre periodismo’, porque así, no estaba escrito: pero ése no podía ser otro que el filólogo y romántico profesor de periodismo en la Carlos III de Madrid, David Arranz Lago, porque junto con la radio (dirige desde ni se sabe el programa cultural @elmarcapaginas )y la literatura, el cine y el periodismo son sus verdaderas pasiones y a las que más corazón entrega. En estas materias Arranz rezuma conocimiento, tanto que pareciera un anciano ilustrado de principios del Siglo XX, y no lo es… El cinematógrafo ha sido uno de los grandes aliados de la profesión periodística y que la gran mayoría de los filmes se basan en hechos reales. Periodistas como Edward R. Murrow, Mike Wallace, David Frost, “Weegee”, Paul Julius Reuter, Walter Howey, Ernie Pyle, Charles Einstein, John Reed, Bob Woodward, Carl Bernstein, Walter Winchell, Hunter S. Thompson, Veronica Guerin o Judith Miller han inspirado grandes películas, así como sus odiseas personales y el constante ejercicio de la investigación, a veces a través de la heterodoxia, pero siempre con el contrapoder como horizonte. Y no como cuarto poder que de forma estúpida se denomina a la prensa. Se dice contrapoder señoras, señores. Lean a Arranz Lago, vean y piensen: se reconciliarán con la mejor profesión del mundo, nuestros ojos allá donde la mirada no llega, ese oficio de valientes que en los últimos años está prostituido por tribuletes a sueldo, frikis de magazine de sobremesa y mequetefres que ya ni juntan letras, sólo las copian y vociferan, sí, vociferan.