¿SON INCOMPATIBLES LA
FAUNA Y EL ‘PROGRESO?
EUGENIO FERNÁNDEZ
Crónicas de Fauna / Terabithia Press
La enorme polarización ideológica que en las últimas décadas divide Occidente en dos mitades casi irreconciliables no podía dejar de afectar también a la conservación de la fauna silvestre.
En efecto. Según el estereotipo, las personas concienciadas y preocupadas por la conservación del medio ambiente serían personas de izquierdas, modernos, sofisticados, anticapitalistas y antisistema mientras que las personas que ignoran olímpicamente la fauna y el medio ambiente porque no cotiza en el IBEX-35 serían personas de derechas, tripudos, casposos, nostálgicos de dictaduras pasadas y voraces consumidores de carajillos.
Naturalmente, el Parlamento español sería un fiel reflejo de esta polarización social, con partidos de izquierdas firmemente comprometidos con el medio ambiente, y partidos de derechas acusando a los primeros de “ir contra el progreso” y “destruir puestos de trabajo”, que suelen ser los “argumentos” favoritos de esta “facción”.
Este esquema puede tener alguna credibilidad si miramos el trazo gordo, muy desde arriba. Pero si afinamos el trazo y sacamos la lupa, observando la realidad de la calle, nos encontramos como era de esperar con una amplia variedad de grises entre el blanco y el negro de los extremos.
Personalmente conozco a una persona a la que muchos podrían “catalogar” como un “señoro” perteneciente a la derechona más rancia y casposa. Pues bien, este señoro me ha dicho por activa y por pasiva que él personalmente fusilaría a todos los cazadores. Por otro lado, también conozco a algunas personas a las que muchos podrían “catalogar” como “pijoprogres”, cuyo estilo de vida es hedonista y consumista, absolutamente dañino hacia el medio ambiente y que, por supuesto, no saben ni siquiera que en España hay osos.
Lo que quiero decir es que es absurdo colgar etiquetas. El interés o desinterés por la conservación del medio ambiente en general y la fauna en particular sólo muy incidentalmente tiene que ver con la clase social o la ideología política. Más grave se me antoja el hecho de que los políticos sí hayan “comprado” ese pack ideológico y actúen en consecuencia.
No parece muy serio tachar cualquier proyecto conservacionista como “contrario a la economía, el progreso y el empleo”. Es más, la fauna silvestre puede ser un verdadero motor para empleo de calidad, tecnológico y bien pagado mucho más allá del turismo de observación de fauna, del que ya he hablado en ocasiones anteriores. Pero hace falta creérnoslo en primer lugar.
¿Qué os parecería que los licenciados en Biología de Extremadura o Cádiz puedan trabajar en sus lugares de origen gestionando start-ups que manejen Big Data relacionados con el número de individuos de especies de aves invernantes en la Península o el paso migratorio del Estrecho?
Estos datos, que hoy recogen artesanalmente voluntarios sin remuneración alguna para ciertas ONGs, podrían profesionalizarse con empresas tecnológicas que vendan luego los datos procesados a Universidades de todo el mundo, a empresas gestoras de turismo ornitológico o a aficionados de todo el mundo que, a través de una app podrían tener en su mano en tiempo real lo que está pasando en España en materia de aves migratorias.
¿O licenciados en Arquitectura, Ciencias Ambientales y Paisajismo de Ciudad Real o Palencia restaurando ecosistemas para especies en peligro de extinción, en lugar de irse a Madrid en busca de trabajos precarios y alquileres imposibles?
¿O ingenieros y artesanos reconstruyendo pueblos abandonados dotándolos de la última tecnología energética y de comunicaciones para albergar campus educativos sobre la fauna y el medio ambiente locales abiertos a estudiantes de todo el mundo? ¿Campus que contratarían monitores, profesores, técnicos de mantenimiento, personal de limpieza, cocineros…?
¿Cómo que la conservación y el respeto por la fauna silvestre NO son compatibles con el empleo de calidad y los puestos de trabajo estables?
Vamos a empezar a tomarnos en serio nuestro patrimonio natural, y mirar más allá de fórmulas ya fracasadas desde hace cien años.
Fotos / © Eduardo Fernández – Terabithia Stock
Oso portada: Víctor Gª Trabau / Lince: WWF Internacional








terabithia world’s wildlife photography
En el arte de la fotografía, que es por excelencia el arte de la oportunidad, una sola golondrina suele hacer todo el verano.
Sin embargo, también como las golondrinas, esa sola fotografía sumaria no hubiera sido posible sin todas las otras
gabriel garcía márquez
Periodista
Nobel de Literatura 1982











