OTRA MIRADA

HACIA LAS AVES

EUGENIO FERNÁNDEZ

Crónicas de Fauna / Terabithia Press

Cuando pensamos en la fauna silvestre, tenemos bastante claro que es difícil observarla. Normalmente la fauna es elusiva y cauta en parte por los hábitos nocturnos o crepusculares de muchas especies y en parte también por la presión humana que no sólo persigue directamente a muchos animales sino que también destruye los hábitats donde podríamos observar a muchas de ellas. Sin embargo, no reparamos en un grupo de animales que sí vemos todos los días con facilidad: las aves. Bueno, sí nos fijamos en ellas. Cómo no ver al simpático gorrión que se afana en conseguir las migas del bocadillo que nos tomamos en el parque, las conspicuas palomas que ocupan plazas enteras de nuestras ciudades, las ruidosas cotorras argentinas que, nos guste o no, se han adueñado ya de muchísimos rincones urbanos, las omnipresentes urracas… Sí, todo eso es cierto. Pero en lo que a la fauna se refiere, los humanos siempre miramos, pero raramente vemos. Dirigimos nuestra mirada, pero no observamos. Me gustaría que mirásemos más a menudo por encima de nuestras cabezas y también que nos fijemos en los pajaritos que dan saltos en el suelo a metro y medio de nosotros. Cuando miremos a las aves, debemos darnos cuenta de que se trata de uno de los grupos de vertebrados de mayor éxito evolutivo. Siempre antropocentristas, solemos designar nuestra era como “Era de los Mamíferos” en contraposición a la anterior “Era de los Reptiles”, pero perfectamente podríamos designar nuestro tiempo como la “Era de las Aves”. Es sencillamente increíble e inconcebible el gran número de formas, tamaños y especies que las aves han alcanzado. Ocupan todos los nichos ecológicos y todos los rincones del planeta desde las regiones polares hasta los desiertos más sofocantes. Sí, también conviven con nosotros en las ciudades integrándose en nuestro día a día. Y cada vez más según las ciudades van evolucionando con más zonas verdes y una separación menos radical entre ciudad y campo. Pensemos en que ¡son dinosaurios!, son la única rama de aquellos colosos de la Era Secundaria que ha sobrevivido, seguramente debido a la conquista de su capacidad de vuelo. El gorrión que se come las migas de tu bocata es un primo del Tiranosaurio y un cuñado del Brontosaurio. Como te lo digo. ¡Qué decir de los servicios ecosistémicos que nos brindan! Las aves son el gran aliado del agricultor, pues son expertas en control de plagas tanto de insectos como de Roedores (las rapaces diurnas y nocturnas), y es un trabajo que hacen a conciencia y gratis. Si miramos a los córvidos, tan acostumbrados a la presencia humana, entrevemos una brillante inteligencia que les ha valido el sobrenombre de “Primates con Alas”. En efecto, también hay aves más difíciles de ver y hay que ir a la naturaleza y saber en qué época del año nos visitan o nos abandonan, pero el turismo de observación de aves, tan prestigioso y asentado en la Europa norteña poco a poco se va popularizando en España como una actividad, además, muy apta para familias y niños, que aprenden casi sin darse cuenta cómo funciona el ciclo de la ida, amén de proporcionar ingresos económicos para aquellos que apuestan por la vida frente a la muerte.

Siempre digo que para proteger hay que amar, y para amar hay que conocer. Pero si no conocemos ni siquiera nuestra fauna de proximidad, ¿cómo vamos a apreciar a la fauna más exótica? Uno puede pensar que esto de la observación de las aves es cosa de ricos que pueden gastar dinero en costosos telescopios y binoculares, y pueden costearse viajes a Marruecos o a Japón para observar las especies más exóticas. La cosa no tiene por qué ser así. Cualquier parque urbano de cualquier ciudad bulle de aves que seguramente no has visto nunca porque no te has fijado. Aparte de los omnipresentes gorriones, urracas o palomas, yo he visto en parques urbanos madrileños especies como el agateador europeo, el pito real, el pito ibérico, el piquituerto, el mito, el carbonero común, el herrerillo, el mosquitero común o el mosquitero papialbo. De modo que coge a tu familia, cómprate unos prismáticos baratos y una guía de aves (las hay para todos los bolsillos), haz unos bocadillos y escoge un parque para observar a nuestras amigas aladas. El servicio que prestarás a tus hijos o sobrinos no tiene precio. ¿A que ahora veis las aves de otro modo?

 

REPORTAJE GRÁFICO / Eduardo Fernández García / © Terabithia Stock /

Estas imágenes pueden ser utilizadas con fines no comerciales citando al autor y al titular de los derechos.

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terabithia world’s wildlife photography

En el arte de la fotografía, que es por excelencia el arte de la oportunidad, una sola golondrina suele hacer todo el verano.

Sin embargo, también como las golondrinas, esa sola fotografía sumaria no hubiera sido posible sin todas las otras

gabriel garcía márquez

Periodista

Nobel de Literatura 1982