- Las empresas eléctricas son las que han realizado el mayor avance en sostenibilidad en el sector emergético
- Proteger los ingresos actuales provenientes de las actividades principales presenta riesgos, pues la tendencia analizada demuestra que los inversores se alejan de estos sectores
- La inversión en generación de energía renovable supera a las inversiones en combustibles fósiles y energía nuclear juntas
- El gas natural y la energía nuclear han sido excluidas temporalmente de la Taxonomía de Finanzas Verdes.
Garcés Rivero / TP / World Resources Institute / Madrid / Washington
El último informe de la consultora estratégica Bain & Company sobre emisiones cero, “Rethinking Energy and Natural Resources for a Net-Zero Carbon Future”, compara las medidas de sostenibilidad de 37 compañías globales de petróleo y gas, servicios públicos, productos químicos, agricultura y minería para ver cómo se clasifican. Una de las principales conclusiones del trabajo liderado por Peter Parry y Dave Rennard es que las empresas «deberían aumentar su inversión en programas de sostenibilidad a niveles similares a los de otros programas de transformación: más cerca del 50%, en lugar del 10% que actualmente se invierte en volver más ecológico el sector de la energía y de los recursos naturales; los altos ejecutivos de estas empresas se están moviendo de manera demasiado tentativa para mejorar la sostenibilidad y reducir las emisiones». Una de las principales conclusiones es que las empresas deberían aumentar su inversión en programas de sostenibilidad a niveles similares a los de otros programas de transformación: «más cerca del 50%, en lugar del 10% que actualmente se invierte en volver más ecológico el sector de la energía y de los recursos naturales».
A medida que se intensifica el diálogo sobre el cambio climático, las químicas, mineras y las empresas que operan con combustibles fósiles y energías no renovables o bien utilizan fertilizantes no sostenibles en agricultura se ven sometidas por el mercado a una mayor presión para reducir sus propias emisiones y las de sus proveedores y clientes.
En el sector de la energía, las empresas eléctricas son las que han realizado el mayor avance en sostenibilidad, según el citado informe, que muestra cómo entre las mayores utilities de Europa y América del Norte las nuevas inversiones más ecológicas (capital expenditure) oscilaron entre el 15% y el 47% del gasto total en los últimos tres años. A nivel global, la inversión en generación de energía renovable supera a las inversiones en combustibles fósiles y energía nuclear juntas, y las energías renovables ahora representan más de un tercio de la capacidad de generación de energía mundial. Algunas compañías están cambiando al manos en su política de declaraciones y comunicación, como Enel, que quiere volverse completamente neutral en carbono para 2050: o Duke Energy, que se ha comprometido a reducir a la mitad las emisiones de carbono para 2030 y operar a cero niveles netos de carbono para 2050 o también Repsol, que quiere convertirse en una empresa net-zero en 2050. Son políticas empresariales éstas que más tienen que ver con una declaración de intenciones que con la praxis: primero, por el largo plazo en el que se sitúan los proyectos y, segundo, porque según los principales analistas internacionales estos proyectos de reducción de emisiones no van más allá de las exigencias administrativas para adaptar los procesos de producción a los diferentes planes de descarbonización.
Si bien en la Unión Europea este tipo de legislación se muestra firme y es clara, como ha declarado en diversas ocasiones la comisaria de Energía, Kadri Simson, la realidad es que la política de emisiones estadounidense es mucho más laxa y en países como China o Rusia los datos no son fiables, según ,os analistas de mercado. Promover una política energética común para la Unión Europea y sus Estados miembros, así como de impulsar la verdadera y efectiva composición de un libre mercado europeo de la energía puede haber perjudicado, al menos por el momento, la capacidad de maniobra de las compañías que tienen sus principales mercados y fuentes extractivas en la Unión. La Comisión «es consciente de que las empresas necesitan un marco general de sostenibilidad para cambiar sus modelos de negocio» y en consecuencia, es por esto que el denominado acto delegado de taxonomía climática de la UE tiene por objeto apoyar las inversiones sostenibles, aclarando qué actividades económicas contribuyen más a la consecución de los objetivos medioambientales de la UE.
Las empresas mineras y de petróleo y gas también están aumentando sus ambiciones de sostenibilidad, pero la inversión hasta la fecha ha sido limitada, según informa Bain & Company: «Las estrategias de las químicas y agrícolas tienden a centrarse en permitir la sostenibilidad del cliente a través del desarrollo de productos y adherirse a los principios de circularidad, lo que reduce el desperdicio. Ven un mayor potencial allí que en simplemente transformar sus propias operaciones, que ha sido un área de enfoque histórico. Las principales empresas químicas como BASF se han esforzado mucho para mejorar la eficiencia energética en las operaciones y ahora están dirigiendo el gasto en I+D hacia la biofeedstock, el reciclaje, los materiales más livianos y las tecnologías de baterías. Los proveedores agrícolas upstream como Nutrien y Syngenta están invirtiendo en formas de impulsar la productividad, limitar el uso de la tierra y promover la biodiversidad en las granjas». El informe apunta cómo estas compañías, avanzando en este tipo de políticas corporativas, pueden abordar los problemas de sostenibilidad y emisiones y a la vez conservar el apoyo de clientes e inversores. Pero todo en el terreno de la hipótesis y la opinión.
El gas natural y la energía nuclear han sido excluidas temporalmente de la Taxonomía de Finanzas Verdes por la Comisión Europea, que ha explicado «que se necesita más tiempo para alcanzar una conclusión sobre las denominadas fuentes de energía de transición». Éste es un sistema que define si una actividad económica es sostenible para el medioambiente, para que los inversores dispongan de más información para decidir dónde poner su dinero. «Hay muchos países que en este momento usan carbón y necesitan dar ese gran salto y el gas tiene un papel destacado en esa transición. La regulación de la taxonomía en sí misma votada por los colegisladores, es bastante restrictiva, así que lo que haremos es mirar el rol del gas como elemento de transición amplio. Y creo que lo que hemos aprendido de esta experiencia es que hay un deseo real en los Estados miembros para avanzar por el camino de la neutralidad climática, pero también entienden lo difícil que es», explicaba hace apenas dos semanas Mairead McGuinness, comisaria europea de Servicios Financieros. Los países del Sur y el Este de Europa que utilizan carbón cuentan con un apoyo considerable por parte de la centro-derecha y los conservadores en el Parlamento Europeo. Pero los verdes y la centro-izquierda creen que no está en línea con las ambiciones del Pacto Verde.
El Reglamento de Taxonomía no incluye ni excluye el gas natural en la taxonomía de la UE
Las industrias extractivas, las que sacan de la tierra energía y combustibles fósiles, siguen en el limbo jurídico: «El Reglamento de taxonomía no incluye ni excluye el gas natural. El Reglamento sobre taxonomía refleja un delicado compromiso sobre la inclusión o no de la energía nuclear en la taxonomía de la UE. En 2020, la Comisión inició un trabajo en profundidad para evaluar el problema. Como primer paso, el Centro de Investigación Conjunta, el servicio interno de ciencia y conocimiento de la Comisión Europea, redactó un informe técnico sobre los aspectos de la energía nuclear de ‘no causar daños significativos’. Este informe está siendo revisado por dos grupos de expertos independientes, el Grupo de Expertos en protección radiológica y gestión de residuos y el Comité Científico de Salud, Medio Ambiente y Riesgos Emergentes sobre impactos ambientales. Los dos Comités tienen tres meses para emitir su evaluación. Los dos informes de evaluación, junto con el informe del CCI, informarán la decisión de la Comisión. Tan pronto como se complete este proceso, la Comisión hará un seguimiento basándose en sus resultados en el contexto del Reglamento sobre taxonomía», explica Bruselas. La Comisión Europea considerará una legislación específica que cubra las actividades de gas que contribuyen a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero pero que no pueden incluirse en la taxonomía de la UE por no cumplir con los criterios de selección, en función de datos técnicos y científicos.
Bruselas también incluye como inversiones verdes la bioenergía, puesta en duda por los grupos ecologistas como alternativa viable a los combustibles fósiles y con respecto al hidrógeno, incluido el derivado de combustibles fósiles y vinculado a las grandes empresas del gas, se declara que: «La taxonomía de la UE reconoce plenamente las múltiples aplicaciones del hidrógeno de bajo carbono y sus usos como portador de energía, solución de almacenamiento, combustible o materia prima. Los criterios de taxonomía actuales fomentan la producción y el uso de hidrógeno de acuerdo con los objetivos del Pacto Verde Europeo. Los criterios para la fabricación de hidrógeno se establecen en un nivel considerado suficientemente ambicioso para asegurar una contribución sustancial a la mitigación del cambio climático, favoreciendo la producción de hidrógeno a partir de fuentes renovables», según la Comisión. El 21 de abril, la Comisión ha anunció nuevas definiciones para canalizar el dinero hacia actividades sostenibles mediante un ambicioso paquete de medidas generales para contribuir a mejorar el flujo de dinero hacia actividades sostenibles en toda la Unión Europea.
El Pacto Verde Europeo es la estrategia de crecimiento de Europa cuyo objetivo es mejorar el bienestar y la salud de la ciudadanía, lograr que Europa sea climáticamente neutra de aquí a 2050 y proteger, conservar y mejorar el capital natural y la biodiversidad de la UE. Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo para una Economía al Servicio de las Personas, estima que: “Europa fue un primer líder en la reforma del sistema financiero para apoyar las inversiones en favor del cambio climático. La primera taxonomía climática ayudará a las empresas y los inversores a saber si sus inversiones y actividades son realmente ecológicas. Esto será esencial si queremos movilizar la inversión privada hacia actividades sostenibles y hacer que Europa sea climáticamente neutra en 2050.No hemos escatimado esfuerzos a la hora de buscar un resultado equilibrado y basado en la ciencia».
Peter Parry (Milán) dirige la sección de petróleo y gas de Bain & Company y Dave Rennard (Londres) es director de energía y recursos naturales de Bain., consultora que ofrece servicios a compañías y líderes empresariales para ayudarles a resolver los desafíos que definen la industria en: estrategia, marketing, organización, operaciones, tecnología de la información, transformación y estrategia digital, análisis avanzado, transformaciones, sostenibilidad, finanzas corporativas y fusiones y adquisiciones, en todas las industrias y geografías, funciona con este tipo de informes, en la práctica, como un lobbie de opinión orientado a guiar a sus clientes en oportunidades industriales globales y comercializa su «método probado para estructurar, orquestar y habilitar los cambios necesarios para lograr una ventaja competitiva».
Lee a continuación el informe completo (ENG):
https://www.bain.com/insights/rethinking-energy-and-natural-resources-for-a-net-zero-carbon-future/
Han pasado muchas cosas desde que los países se reunieron en París en 2015 y acordaron un acuerdo para combatir el cambio climático. Hasta ahora, más de 189 países ratificaron o se adhirieron al Acuerdo Climático de París, lo que representa más del 81% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero y el 93% una vez que Estados Unidos se reincorpore. Además, 19 países, incluidos Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania y México, también desarrollaron planes a largo plazo para descarbonizar sus economías.
Latest Global Greenhouse Gas Emissions Data on Climate Watch
Explora el informe y los charts en el siguiente enlace
World’s Top Emitters Interactive Chart I World Resources Institute (wri.org)